Vacunación para adultos trabajadores
Hablar de la efectividad de las vacunas en este momento, no tiene sentido. Todos sabemos que las vacunas son efectivas, muy efectivas, para prevenir las enfermedades. Es una afirmación sobre la cual no hay duda. Es algo como un axioma, que se define como una verdad que no necesita ser comprobada.
Pero entonces, por qué la vacunación no se utiliza más. Por qué no se utiliza masivamente. Por qué la mayoría de las empresas no apoyan la vacunación de sus trabajadores. Por qué incluso en algunos casos no se hace obligatorio. Cuando casi todos los sistemas de salud en el mundo están haciendo crisis, hace falta empezar por hacer un buen diagnóstico de las causas de esta crisis, para poder dar una acertada solución.
Tal vez una de las primeras causas de la crisis se encuentra en el diseño mismo del sistema. A pesar de su nombre, “sistema de salud”, no se asegura la salud sino la enfermedad. El sistema hace poco o nada de medicina preventiva, que, si la hiciera, se ahorraría inmensos gastos en medicina asistencial o curativa.
Aunque todos los programas de medicina preventiva no se hacen con base en vacunación, por ser esto el tema que ahora nos ocupa, revisemos lo que es el costo beneficio de la vacunación y más específicamente la vacunación de los trabajadores.
Existen varias maneras para medir este costo beneficio, empezando por definir su efectividad, contando el número de casos que no se presentaron, las muertes que se evitaron, los años de vida útil sumados a la población protegida.
Otro método es comparar el costo y el beneficio de la intervención, asignándole un valor monetario a cada factor, donde el costo es el valor asignado a los días o años de vida útil perdidos y el beneficio el valor asignado a los días o años de vida útil salvados.
En mi experiencia como médico de empresas y sin que sea el momento para presentar cuadros y estadísticas detalladas, en una población donde se presentaba un gran ausentismo por lo que genéricamente denominamos “gripas” ó enfermedad aguda de las vías respiratorias altas, el programa de aplicación de vacuna contra la influenza en trabajadores, mostró una notoria disminución en el número de días perdidos por este concepto, en comparación con la población testigo que no se vacunó, por voluntad propia. No disminuyó el número de casos, pero sí su gravedad, representada por el número de días perdidos.
Una experiencia mostrada por el Northern California Kaiser Permanente, una de las entidades pioneras en sistemas de medicina prepagada en USA y en el mundo, mostró que un programa de prevención con vacuna de neumococo en niños, fue efectiva para prevenir meningitis, bacteremias, neumonías y otitis media en esa población protegida. Se cuantificó el valor de cada año de vida útil salvada en esa población infantil y el costo de la atención de los casos de las patologías que se esperaba prevenir. Esto se comparó contra el costo del programa de vacunación.
El resultado mostró que la vacunación produjo una utilidad neta por cada persona cubierta por el programa 35% mayor que el costo del programa. Hubo menos casos, que costaron mucho menos al sistema asistencial. Esto sin contar el valor intangible para las personas y sus familias, de los casos de mortalidad y morbilidad que se hubieran presentado, de no existir la vacunación.
La Organización Panamericana de la Salud hizo un estudio en ocho países de América Latina; Argentina, Brasil, Chile, República Dominicana, Honduras, México, Panamá y Venezuela; para determinar el costo beneficio de la vacunación para prevenir gastroenteritis por rotavirus. Los resultados del estudio fueron los siguientes:
“Resultados: Según los estimados obtenidos mediante el modelo económico, la vacunación podría evitar más de 65% de las consultas médicas, de las muertes y del costo de tratamiento asociados con la gastroenteritis por rotavirus en los ocho países analizados.
Con un costo total de US$ 24,00 (por las dos dosis de la vacuna), la razón incremental de la efectividad en función del costo varió entre US$ 269/AVAD en Honduras y US$ 10 656/AVAD en Chile. Las razones de la efectividad en función del costo fueron sensibles a las diversas hipótesis sobre el precio de la vacuna, la mortalidad y la eficacia de la vacuna.”
Son muchos los estudios que se pueden consultar sobre la efectividad costo/beneficio de adelantar programas de vacunación en cualquier población. Las vacunas son hoy la primera línea de prevención dentro de cualquier programa preventivo. No decimos que reemplaza otros programas tanto o posiblemente más importantes, pero es el programa más fácil de aplicar, más económico y que muestra resultados más inmediatos. Los programas de vacunación en las empresas son indudablemente de gran beneficio. En algunos sectores económicos especialmente expuestos, la vacunación es mandatoria, si deseamos hacer una buena campaña preventiva, como es el caso entre los trabajadores de servicios de salud, a todos los niveles.
Pero también en otros trabajadores expuestos a riesgos patológicos específicos, por el ejemplo en el personal que atiende público, como una recepcionista, el cajero de un banco o quienes venden boletas para un espectáculo.
Otro es el caso de trabajadores que se encuentran expuestos, pero que además no deseamos que sean portadores de enfermedades para trasmitirlas a otros grupos de personas, como los manipuladores de alimentos. O el caso de la población trabajadora en general, que, si se enferma de alguna enfermedad de alta incidencia, como la influenza, presenta un elevado ausentismo y disminución de su capacidad de trabajo, con lo que ello significa en costos, calidad y beneficios en el balance final de la empresa.
Todo esto nos indica que la relación costo/beneficio de la vacunación en la población general y en la población de trabajadores en particular es altamente efectiva y debe ser considerada importante dentro de los programas de salud ocupacional.
Dr. Cástulo Rodríguez Correa
Presidente
SOCIEDAD COLOMBIANA DE MEDICINA DEL TRABAJO
Original: tomado de “Guías para la vacunación del trabajador en Colombia”
Presidente
SOCIEDAD COLOMBIANA DE MEDICINA DEL TRABAJO
Original: tomado de “Guías para la vacunación del trabajador en Colombia”